Reunió a 15 mil personas en una función de la emblemática obra "Pies pa' volar". Ahora la repone junto con tres piezas nuevas. Daniela Silva Astorga.
Cárdenas nació en Copiapó y desde niño respiró arte. Su mamá tenía talento para cantar, actuar y pintar, pero su tío abuelo habló en palabras mayores. Pedro de la Barra tuvo espíritu renovador y, con otras almas gemelas, fundó el Teatro Experimental de la Universidad de Chile. También ganó el Premio Nacional de Arte mención Teatro (1952).
"Una familia que estuvo en los orígenes del teatro y que, hoy, reconozco plenamente en mí", comenta el coreógrafo, quien no siempre tuvo conciencia de eso.
En Santiago, estudió Derecho dos años hasta que asumió que así no sería feliz. Tomó un taller de danza en Balmaceda 1215 y terminó en Arte con mención en Danza en la U. de Chile.
En la trayectoria de Cárdenas hay varias personas fundamentales: el amigo que lo llevó a su primer taller; profesores universitarios, como Jorge Olea y Luz Condezza; Octavio Meneses, con sus enseñanzas de teatro y arte. También influencias literarias: César Vallejo, Alejandra Pizarnik, Gabriela Mistral y Fernando Pessoa.
"La poesía es el alimento de mis obras. Entrega, aparte de recursos retóricos, imágenes que son inmediatamente musicales, con dinámica y ritmo. Ha sido una inspiración grande, a veces, una mano muy salvadora, porque la sensibilidad del diálogo poético no se consigue con otro tipo de palabras", afirma. Y agrega: "Cuando Huidobro dijo que si no hacía, al menos, una locura por año, se volvería loco, dejó una figura tremendamente estremecedora. Del tipo que me hace seguir trabajando".
EL BAILE DE LAS LETRAS
Los referentes literarios están presentes en todas las creaciones de Cárdenas: primero, en la obra dedicada a Kahlo, y luego en "Yosotras" y "Sin cuenta", montajes que se verán por primera vez entre el 28 y el 30 de julio en la Estación Mapocho, junto a "Despoblados". Una por día, además de "Pies pa' volar". Hay 800 asientos disponibles que podrían ser pocos.
La poesía de Mistral y Pizarnik dialoga en "Yosotras". Una producción que rescata lo femenino de esos versos y habla de señoras empoderadas, lujuriosas y concretas. Tiene música en vivo -de Paulina Millaura y David Flores-, un narrador y siete bailarinas que interpretan cada estereotipo. En "Sin cuenta", en cambio, Cárdenas usa textos del libro "Diario morir", de Julio Barrenechea, para reflexionar sobre el paso del tiempo en el cuerpo. "En este caso se dio, por casualidad, una conexión generacional. Me interesa mucho la obra de Barrenechea y, aquí, la interpretará su hija, Eugenia. Y su nieta Carolina Holzapfel, hizo la música", precisa el autor, quien eligió a actores y bailarines mayores de 50 años.
"Despoblados", en tanto, habla del fin de una relación de pareja. "Aquí, la teatralidad del cuerpo pesa más que los pasos de danza". Y otra vez, se valió de las letras, con textos de Beckett.
-Si no son las letras, ¿qué nutre sus montajes?
"A veces, símbolos cotidianos de gran significado. Es mágico cuando eso pasa. Una vez, caminando con la cantante de 'Yosotras', encontré un vestido de novia arruinado colgando de un paradero, y en esa obra tenemos una escena que llamamos 'Ensayo de una novia furtiva'".
Para entender la mezcla de danza y teatro que caracteriza sus obras, es importante la argentina Blanca Rizzo. "Ella me introdujo en el primer montaje que hice en Buenos Aires y, a partir de entonces, quise establecer diálogos entre ambas disciplinas. La danza con efecto teatro ofrece obras inclusivas que cuentan una historia con claridad y son capaces de conmover".
En 2004, al fundar la Compañía de Papel, Cárdenas decidió convertirse en director. "La danza significó un cambio rotundo. Conocí mi cuerpo, supe expresarme y generar discursos, pero prefiero ser el primer espectador de un montaje. Cuando veo lo que imaginé en el cuerpo de otros, mi trabajo tiene razón de ser. No me gusta ejecutar mis propias ideas".
Ver original en
http://diario.elmercurio.com/2011/07/23/actividad_cultural/actividad_cultural/noticias/5af41a37-ac00-4451-9715-0fc0c7c23357.htm
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En la trayectoria de Cárdenas hay varias personas fundamentales: el amigo que lo llevó a su primer taller; profesores universitarios, como Jorge Olea y Luz Condezza; Octavio Meneses, con sus enseñanzas de teatro y arte. También influencias literarias: César Vallejo, Alejandra Pizarnik, Gabriela Mistral y Fernando Pessoa.
"La poesía es el alimento de mis obras. Entrega, aparte de recursos retóricos, imágenes que son inmediatamente musicales, con dinámica y ritmo. Ha sido una inspiración grande, a veces, una mano muy salvadora, porque la sensibilidad del diálogo poético no se consigue con otro tipo de palabras", afirma. Y agrega: "Cuando Huidobro dijo que si no hacía, al menos, una locura por año, se volvería loco, dejó una figura tremendamente estremecedora. Del tipo que me hace seguir trabajando".
EL BAILE DE LAS LETRAS
Los referentes literarios están presentes en todas las creaciones de Cárdenas: primero, en la obra dedicada a Kahlo, y luego en "Yosotras" y "Sin cuenta", montajes que se verán por primera vez entre el 28 y el 30 de julio en la Estación Mapocho, junto a "Despoblados". Una por día, además de "Pies pa' volar". Hay 800 asientos disponibles que podrían ser pocos.
La poesía de Mistral y Pizarnik dialoga en "Yosotras". Una producción que rescata lo femenino de esos versos y habla de señoras empoderadas, lujuriosas y concretas. Tiene música en vivo -de Paulina Millaura y David Flores-, un narrador y siete bailarinas que interpretan cada estereotipo. En "Sin cuenta", en cambio, Cárdenas usa textos del libro "Diario morir", de Julio Barrenechea, para reflexionar sobre el paso del tiempo en el cuerpo. "En este caso se dio, por casualidad, una conexión generacional. Me interesa mucho la obra de Barrenechea y, aquí, la interpretará su hija, Eugenia. Y su nieta Carolina Holzapfel, hizo la música", precisa el autor, quien eligió a actores y bailarines mayores de 50 años.
"Despoblados", en tanto, habla del fin de una relación de pareja. "Aquí, la teatralidad del cuerpo pesa más que los pasos de danza". Y otra vez, se valió de las letras, con textos de Beckett.
-Si no son las letras, ¿qué nutre sus montajes?
"A veces, símbolos cotidianos de gran significado. Es mágico cuando eso pasa. Una vez, caminando con la cantante de 'Yosotras', encontré un vestido de novia arruinado colgando de un paradero, y en esa obra tenemos una escena que llamamos 'Ensayo de una novia furtiva'".
Para entender la mezcla de danza y teatro que caracteriza sus obras, es importante la argentina Blanca Rizzo. "Ella me introdujo en el primer montaje que hice en Buenos Aires y, a partir de entonces, quise establecer diálogos entre ambas disciplinas. La danza con efecto teatro ofrece obras inclusivas que cuentan una historia con claridad y son capaces de conmover".
En 2004, al fundar la Compañía de Papel, Cárdenas decidió convertirse en director. "La danza significó un cambio rotundo. Conocí mi cuerpo, supe expresarme y generar discursos, pero prefiero ser el primer espectador de un montaje. Cuando veo lo que imaginé en el cuerpo de otros, mi trabajo tiene razón de ser. No me gusta ejecutar mis propias ideas".
Ver original en
http://diario.elmercurio.com/2011/07/23/actividad_cultural/actividad_cultural/noticias/5af41a37-ac00-4451-9715-0fc0c7c23357.htm
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